Y exactamente fue eso lo que hizo Daniel Landa al lado de sus dos amigos y compañeros, Alfonso y José Luis; imaginar un sueño y cumplirlo a lo largo de 26 meses de travesía y aventuras por todo el mundo. En su conferencia del 23 de noviembre en el Aula Magna, Landa narró de principio a fin todas las dificultades y experiencias vividas durante dicho viaje, cuyo resultado fue un documental de 13 horas que ya ha sido comercializado en 130 países y que aglutina, con mayor o menor exactitud, las imágenes y lugares más impactantes del recorrido.
Su
idea embrionaria fue la de hacer una ruta terrestre de 100.000 kilómetros para acercarse a las tribus indígenas, conocer sus tradiciones culturales y contárselas al mundo. Sin embargo, desde el primer minuto tuvo claro que no podría llevar a cabo una tarea semejante sólo. "Había que confeccionar un equipo pequeño y manejable, con un perfil de equilibrio entre entusiasta y profesional", dice. Presentó un
anuncio en internet que finalmente unió a personalidades muy distintas en un mismo proyecto; un sevillano (José Luis Feliu), un palentino (Daniel Landa) y un argentino (Alfonso Negrón) juntos en un constante marco de respeto y comprensión.
Financiación
Para muchos, trabajar ideas propias en un contexto como el actual puede parecer algo imposible, pero la experiencia de Daniel
Landa demuestra todo lo contrario. Para él, vale más tener fe en lo que se
hace que contar con un gran presupuesto. "Lo primero fue pensar en la factibilidad
económica. Comienzas con un presupuesto A, continúas con uno B y al
final te quedas con uno D o E. Contactamos con hasta 303 empresas buscando un
patrocinio que al final llegó en un momento en que pensé que la idea iba a corromperse
por falta de financiación", comenta Daniel Landa. "Otra de las partes del presupuesto vino de parte de José Luis, que vendió su casa", añade ante la sorpresa de los asistentes.
Funciones y preparación de un viaje soñado
En más de 100.000 kilómetros, uno tiene que reciclarse constantemente, y Daniel Landa escuchó en ocasiones susurrar a José Luis: "Nos pasa de todo...". Pero pese a las turbulencias de la travesía, los tres poseían una actitud predispuesta a cualquier contratiempo.
"Ser productor (José Luis) es un perfil que tiene que estar permanentemente en estado de
alerta, dispuesto y predispuesto. Realizador (Daniel) es un oficio hermoso y
gratificante pero realmente cansado, ya que solamente se descansa de noche. Y por último, la
labor del cámara (Alfonso) es la más importante, puesto que ha de estar siempre alerta para cazarlo todo a ritmo de francotirador. Hay grandes problemas que acaban convirtiéndose
en grandes historias, accidentes inesperados", señala Daniel Landa. "A veces, hay que dejar hablar únicamente a las personas del lugar, para transmitir la esencia de lo que allí se respira".
Además,otro de los requisitos para llevar a cabo una aventura así es la preparación física y psicológica. "Uno puede estar muy fuerte, pero si no tiene las ganas y el deseo de descubrir mundo se irá a casa a los tres días", sentencia Daniel.
"Una vez hecho el viaje, falta el documental"
"Finalmente,
tras tenerlo todo, tocó la parte más fea, la del mercado". Sin embargo, el lado más feo se convirtió en beneficios a nivel económico, algo totalmente inesperado por Daniel y sus compañeros. "El documental ya se ha vendido en 130 países, incluídas compañías de gran talla como National Geographic", señala orgulloso, antes de finalizar su conferencia con un mar de consejos en el que uno sobresale por encima del resto: "No dejéis que comercialicen con vuestros sueños".
(Imagen: Ruta seguida por Daniel Landa en el documental "Un mundo aparte").
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